Poema Coyuntural

Cerecita transmutó a Reina de Hielo
Pero yo no le hago caso.
Por que se que a pesar
de lo que allí la puso
( aunque ella lo niegue)
una sonrisa irresistible
no prospera en el Polo Norte.

Abrió sus alas a otros cielos
y me lo advierte
sin rodeos.
Y me entran ganas
de seguirla hasta los confines
bajo mi irredenta vocación de Icaro.
Pero le deseo lo mejor.
Aunque sepa que lo mejor
se nos queda en el tintero.

Hablar conmigo es para ella
charlar con una momia.

Hablar con ella para mi
es el presente
de Dionisos.

Absurdos e infortunios
trocaron nuestra víspera
en esquirlas esparcidas.
Tan lejos de nuestro chaparrón...
Que cada vez que el obelisco se aparece
pregnado de sabor a ocaso
tumbados a su sombra,
no hay nadie a quien culpar,
ni honores mancillados,
ni traiciones por vengar...
Que cagada!

Resplandor


Un rostro fugas mientras viajaba

ametrallo mi olvido

con tu imagen.


Es que los días

Amontonaron sombras

abatiendo

desdibujando

erosionando limpiamente,

como solo el tiempo puede,

los perfiles

de tu cara.

O tu mirada infinita

de la que apenas

subsiste en mi memoria

ya no la imagen

pero si el vértigo

de ilusiónes al abrigo.


Raptados por la distancia

Así, sin despedirnos

Mediando apenas el silencio

complicidad de sobreentendidos

Como la Muerte gusta

devorar sus condenados en la noche.


Un amor no sabe

de retiradas elegantes.

De hasta luegos,

ni silencios.

Se va a las puteadas si es preciso.


Pero lo nuestro fue

mas caricatura que tragedia

mas de Los Dos Hidalgos De Verona

que El rey Lear…


Y sin embargo

el corazón palpita

y se para el mundo

en el instante que

un rostro fugas

mientras viajaba

ametrallo mi olvido

con tu imagen.

Domingo



No quiero pensarte

Aunque me guste
presagiarte
llegando en tu manto de fulgor
Irreverente
y esa sonrisa que de vez en cuando te arranco
(o esa mirada que parece
callarse algún dolor)

Para bendecirme con tu desnudez
de lozanía blanquecina
y cabellera azabache.
Que revolveré una vez mas
En la prodigalidad de tus gemidos

Hoy no quiero otra cosa
que volver a enseñorearme de tu goce.
Arrancarle melodías y colores a tu carne
Hasta que nuestros cuerpos fundidos
hagan estallar sórdidamente
todos los relojes.

Mediocridad

Ya han crujido en añicos todas las mascaras
que mediaron este nosotros tan enrrarecido
quebrantadas contra el suelo firme
donde siempre he anclado las huellas
del férreo peregrinar
que se habrio paso en las sinuosidades
sin atajos ni cambios de rumbo.

Siempre me mantuve aqui.
Adonde el sol quemo mi humanidad
y ya no hay subterfugios.
Ni mas palabras para enmascarar
nuestra fragilidad desnuda.

Esta desnudes que alguna vez soñó cobijarte.
Que tan entupidamente quiso tejer
una urdimbre de fugaces prodigios
para anidar en ella tu desborde,
burlada una vez mas
casi con una incontinencia de escorpión
que abofetea de pequeñez e inmerecido…
pero que ya no ofende mas que en el orgullo
de haber apostado una vez mas
a que fueras capas de la virtud.

Chaparron porteño

Su cabello se escurre
dibujando fugases formas
sobre mi pecho

Su tez lozana es un lujo y un desborde.
Como el cambio de formas que conjuro
rumbo a mi embestida certera.

Habituado ya
a los órficos ascensos,
no atesoro mañanas
capaces de lapidar este presente.

Nos consumiremos
en un hoy radical
que hiera de muerte
toda pretensión de trascendencia.

En un ahora radical
al que no asistirá ya
ninguna duda.

Nos consumiremos
el uno en el otro
golosamente
hasta extinguirnos...

Arte poético

Con el vértigo suicida
de ametrallar toda certeza
se levanta el Poeta
acecinándolas con las verdades
que sean banderas ardiendo en su pecho

Lejos de El las lisonjas
que el poetastro prodiga a hembras y literatos
con melindres de sensiblería y bohemia,
bajo la blasfema pretensión
de asir en la palabra la experiencia.
consagrado a la complacencia
de envanecer en tal floreo el plumaje
de su propia subjetividad.

Al Poeta en cambio, el verso
lo consume como fuego
con estremecimientos víscerales.
que no puede sino parir
con sangre a borbotones
para templarlo en la forja de sus desvelos
y ser empuñado en los momentos terribles
como iluminación y condena.

Y no escribe por gusto
Sino por la angustiosa necesidad
que al espíritu se impone
toda vez que la canallada es tan grande…
que el canto es nuevamente requerido
para herir a la muerte
y los tejésombras que la sirven
que no son el dolor,
sino el dolor inmerecido
y su olvido.
Por eso canta al dolor y a las penas
para guardar memoria del crimen
y así vengar las ofensas

Pero también canta y celebra
conmemorando los prodigios
de cuando se ha honrado la historia.
O evoca, heréticamente,
la vedada presencia de la divinidad
allí donde el clérigo las condena y clausura.

Por que no son las palabras
Sino apenas el camino
Para augurar el adveniminto de la guerra.

Guerrero y poeta, plenitud humana.
Cojea quien desecha la contracara de su sino.
Cojea el militar
Como cojea el poetastro
Cojea quien desoiga
su imperativo clamor
revolucionario.

Mas calla el poeta, con reverencia
en los fugaces momentos
que la dicha invade el mundo.
Por que no es la poesía
sino la continuidad de la vida por otros medios..
y como tal,
cada vez que el verbo se encarne
su letra enmudecerá
amorosamente.

Anáforas para aquella constelación.

Como sentir tu mano en la mía,
reconociéndose temblorosas, la una en la otra,
presagiándonos tierna y violentamente.

Como el atronador latir en tu pecho
que descubrí en el abrazo, aquella víspera
del primer encuentro de nuestros cuerpos.

Como la eternidad insondable
asomando en el fulgor de tu mirada
en el vértigo del abismo de nuestro goce.

Como la deliciosa carrera que hacia mi emprendías al verme
arrebatándome sonriente, del ciego anonimato
de una ciudad que no era mas que espera de ti.

Como tu vos al teléfono por la mañana,
dulce vibración solar, convocándome a enfrentar la jornada
con la promesa de tu imagen como horizonte.

Así fue mi sueño.